El estrés es una reacción biológica natural del organismo frente a un cambio. Constituye parte del proceso de adaptación.
Pero hay veces que pasa a ser una verdadera alteración o problema, cuando debido a la intensidad y duración quedamos sometidos, durante períodos prolongados a estos cambios.

Lo que resulta en la afectación de la salud de los individuos, jugando un rol negativo y generando la aparición de síntomas físicos y psíquicos que condicionan la pérdida de nuestro equilibrio u homeóstasis.

La Organización Mundial de la Salud plantea que para el 2020, el estrés superará la mitad de los problemas médicos más comunes en el mundo.
Afecta nuestra salud, haciéndonos más vulnerables a sufrir enfermedades siquiátricas y también físicas como: enfermedades cardiovasculares, dermatológicas, digestivas, cansancio , agotamiento, alteraciones a nivel de nuestro sistema inmune y otras.

El estrés afecta al hombre como un todo: en lo físico, en lo psíquico y en lo social. No hace diferencias por el sexo, edad, raza y estilo de vida.

En estos últimos años se ha puesto en evidencia, luego de numerosas investigaciones científicas, que existe una estrecha relación entre el cerebro y el intestino.
Es a nivel intestinal que una gran población de microrganismos, entre ellos nuestra flora bacteriana , la microbiota intestinal, juega un rol fundamental para la vida del hombre.
La microbiota cumple numerosa y vitales funciones en relación al Aparato digestivo, al Sistema Inmune, al Sistema Nervioso Central y se relaciona con el Sistema Endócrino.
En el intestino gran parte del Sistema Inmune está presente así como hay una extensa red neuronal, marcando la presencia del Sistema nervioso a ese nivel. La existencia de la microbiota intestinal pauta el desarrollo y modulación de ambos sistemas.

Se ha puesto en evidencia la existencia de una comunicación bidireccional entre el cerebro y el intestino (conocido también como el segundo cerebro, por la gran presencia de neuronas a ese nivel).
Es lo que se llama Eje Intestino-Cerebro, donde la microbiota intestinal juega un rol fundamental. Es a nivel intestinal, gracias al papel de la microbiota, que se sintetizan numerosas sustancias neurotransmisoras, las cuales intervienen en la regulación del estado de ánimo.
Científicos de la Universidad de Cork han demostrado que determinados probióticos son valorados para el tratamiento de determinadas patologías psiquiátricas.
Acuñaron el término de Psicobióticos y los definen como microrganismos vivos que administrados en cantidades adecuadas producen un beneficio en pacientes que sufren enfermedades psiquiátricas.
Los Psicobióticos tienen efectos a nivel del eje intestino-cerebro y actúan mejorando los síntomas físicos y síquicos derivados del estrés, ansiedad y depresión. Siendo productos naturales, bien tolerados que no provocan efectos adversos y no generan fármaco dependencia.

Biótica S3 es un psicobiótico pionero que actúa a nivel del eje Intestino – cerebro, formado por dos cepas de probióticos que han demostrado sinergia de acción y eficacia comprobada por diferentes trabajos de investigación clínica.

Biótica S3 reduce el distrés sicológico, mejora la capacidad de hacer frente al estrés de los eventos de la vida diaria. Provoca una disminución significativa de los síntomas de depresión, ansiedad, irritabilidad y mejoría del estado de ánimo.
Es un producto natural, bien tolerado y seguro que no genera fármaco dependencia.

Biótica S3 no provoca efectos adversos.